Discutir no es igual a acordar:

Sucede que la mayor parte de las discusiones se suscitan por el modo en que hablamos, en referencia a los gestos, al tono y claro a las palabras utilizadas en cada oración. 

Hay una suerte de pelea, guerra de egos, donde uno quiere imponerse sobre otro; hay otras donde una de las partes cede evitando confrontar, aunque guardándose sus emociones y están aquellos que saben que hay una situación por resolver y no se trata de ganar un embate, sino de expresarse seguros de que el otro nos escucha y comprende. 

Sin empatía; los vínculos son como scrollear el celu, pasamos a lo siguiente sin detenernos y no hay prisa por llegar, sino por ser parte de un vínculo seguro, donde cada uno acepta el compromiso de mejorar por sí mismo, repercutiendo en relación al otro. 

Las buenas relaciones repercuten en nuestra calidad de vida.